Una historia de éxito ¡que podría ser la tuya!
Cuando Luis escuchó por primera vez del proyecto pedagógico Pierre Faure, no le prestó demasiada atención. Había oído algunos comentarios de amigos cercanos y familiares que enviaban a sus hijos al Instituto Miguel de Cervantes (IMC). Decían cosas como “es un sistema diferente” o “se enfocan en cada niño de manera única”. Sin embargo, para él, eran solo palabras. Pensaba que cualquier escuela podía prometer algo parecido.
Un día, mientras tomaba un café con su primo Javier, este volvió a mencionar el IMC. Javier, cuyos hijos habían estado en la institución por más de dos años, hablaba con una pasión que Antonio nunca había visto. “De verdad, tienes que conocerlo,” dijo Javier. “No es solo una escuela, es una experiencia de aprendizaje, entenderás cómo nuestros hijos entienden el mundo y a sí mismos.”
Luis se sintió intrigado. Esa noche, mientras miraba a su hija Sofía dibujar con esmero, se preguntó si estaba haciendo lo suficiente para ayudarla a desarrollar todo su potencial. Decidió asistir a una de las sesiones informativas del IMC, más por curiosidad que por convicción.

El día de la sesión, Luis y su esposa llegaron al instituto y fueron recibidos por la belleza de sus instalaciones y la calidad de las personas que les atendían. Pilar estaba en la recepción, esperando con emoción a esta nueva pareja, no solo para explicar el proyecto, sino para escuchar las dudas e inquietudes de los padres. Cuando la sesión comenzó, le sorprendieron las primeras palabras de Pilar: “En el proyecto Pierre Faure, creemos que cada niño es único. Nuestra misión no es llenar cabezas de información, sino ayudarles a descubrir cómo aprender, cómo pensar y cómo construir su propio conocimiento.”

Conforme la presentación avanzaba mientras caminaban por las instalaciones, Luis y su esposa se dieron cuenta de que aquello no era una promesa vacía, ya que también los pusieron a manipular los materiales de aprendizaje que los alumnos utilizan para su aprendizaje.
Pilar les habló de los principios de la educación del Padre Pierre Faure: dice que los principios de la educación personalizada, como la individualización, la autoevaluación y la libertad con responsabilidad, se explican con ejemplos concretos. Aprendió que los niños no solo trabajaban en sus propios proyectos a su ritmo, sino que también compartían sus logros con sus compañeros en un proceso llamado “puesta en común”.
En ese momento se preguntó Luis ¿qué aquí no compiten? Dirigiéndose a Pilar le dijo ¿aprenden a trabajar juntos y a celebrar los logros de los demás? Así es, afirmó sonriente Pilar.

Llegando a los salones, Luis y su esposa pudieron observar un aula en acción. Los niños de preescolar trabajaban en silencio y concentrados, cada uno en una actividad diferente. Una pequeña consultaba un libro, otro trabajaba con unas piezas largas de madera y un tercero iba devolviendo el material utilizado a su lugar. Todo ocurría de manera natural, como si cada uno supiera exactamente lo que debía hacer.
Después, uno de los maestros del IMC se acercó a la pareja y les explicó que el proceso no era improvisado. Cada actividad había sido planeada para ayudar a los estudiantes a desarrollar habilidades específicas, pero también para fomentar su autonomía y creatividad. “El objetivo no es que memoricen datos, sino que aprendan a aprender,” dijo el maestro.
Esa frase resonó en Luis y su esposa. Pensaron en cómo, en su propia experiencia escolar, había pasado años memorizando para exámenes sin entender realmente el propósito.
Al finalizar la sesión, la joven pareja, sintió que había una alternativa para la educación de su pequeña hija, una educación basada en la libertad con límites, además de que se sintieron arropados con la información recibida por parte de Pilar.
Después de despejar todas sus dudas, Luis y su esposa, pasando unos días, decidieron inscribir a su hija en el IMC.

Ahora estos felices padres son también uno de los promotores del proyecto Pierre Faure, que a menudo comparte su experiencia con otras familias, convencidos de que el enfoque personalizado y comunitario de Pierre Faure no solo transforma la educación, sino también la vida de quienes lo experimentan. Y cada vez que ven a Sofía trabajar en un nuevo proyecto sonríen, sabiendo que tomaron la decisión correcta.

Si tú también estás buscando una educación diferente para tus hijos, te invitamos a vivir esta experiencia de cerca. Agenda una cita en el Instituto Miguel de Cervantes y descubre cómo el proyecto Pierre Faure puede transformar el aprendizaje de tus pequeños. Porque para entenderlo… necesitas vivirlo.