IMPORTANCIA DEL PROYECTO PEDAGÓGICO PIERRE FAURE
Pierre Faure fue un Sacerdote Jesuita que también se interesó profundamente por la pedagogía, al grado de llegar a ser una de las personalidades más influyentes en la educación tanto en Francia como en Europa y varios países latinoamericanos.
Después de exhaustivas investigaciones y años de dedicación junto con otras destacadas figuras en la materia, a mediados del siglo pasado Faure desarrolló y popularizó el enfoque de la educación personalizada a la que luego le agregó el concepto de comunidad.
Su Proyecto Pedagógico se basa en la teoría constructivista que sostiene que el aprendizaje es un proceso activo y que los estudiantes son los constructores de su propio conocimiento.
Al mismo tiempo, Faure desarrolló su método educativo con base en la gran tradición de los más importantes pedagogos de la historia desde Sócrates, Fénelon, Rousseau hasta E. Demoulins y A. Ferriére, siguiendo también la sólida estructura de enseñanza de los colegios jesuitas.
También tuvo una gran influencia de las obras de grandes autores como: “La educación fisiológica” de Edouard Seguin, “La pedagogía científica” de María Montessori y “La educación del hombre consciente” de Helene Lubienska de Lenval. Tuvo la oportunidad de conocer a algunos de ellos personalmente y de intercambiar ideas para llegar a una concepción innovadora.
Actualmente la educación personalizada y comunitaria de Pierre Faure es una metodología académica reconocida a nivel mundial que se enfoca en el desarrollo integral del alumno y no solo en la adquisición de conocimientos. Pero además, implica que los profesores deben ser facilitadores y auténticos guías del aprendizaje, no solamente meros transmisores de la información.
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Principios básicos del enfoque educativo del Padre Pierre Faure:
1.- La individualización: cada estudiante es único y debe ser tratado como tal.
La educación personalizada implica el desarrollo de un plan de estudio que pueda adaptarse a cada alumno. Esto significa que el contenido para el aprendizaje se va aplicando de acuerdo con las necesidades y habilidades del estudiante. El objetivo es permitir que cada alumno progrese a su propio ritmo, porque cada persona tiene una capacidad de aprendizaje única y la educación debe adaptarse a ese ritmo para que el estudiante pueda alcanzar su máximo potencial. Esta metodología también tiene en cuenta el nivel de conocimientos previos del alumno, así como su estilo de aprendizaje y los intereses personales.
2.- La socialización: el aprendizaje debe fomentar la interacción social y el trabajo en equipo.
Cuando Faure sostiene que la educación no puede ser impartida de forma masiva, sino que debe personalizarse para cada estudiante, al mismo tiempo recalca que la educación también debe tener un gran enfoque comunitario, de manera que el alumno pueda desarrollar habilidades sociales y emocionales.
Este enfoque busca fomentar la cooperación y el trabajo en equipo entre los estudiantes, ya que Faure considera que el aprendizaje no solo se produce a nivel individual, sino también por medio de la interacción con los demás.
Así, la metodología de Pierre Faure requiere la creación de un ambiente de aprendizaje en el que los estudiantes puedan compartir experiencias y conocimientos, para que les sea más fácil desarrollar habilidades como la empatía y la capacidad de trabajar con otras personas aunque en muchas ocasiones, dichos compañeros de trabajo y de experiencia sean diferentes en diversos aspectos.
A este proceso se le llama «la puesta en común» y es un concepto muy importante para Pierre Faure, ya que implica la socialización de los conocimientos adquiridos.
A este proceso se le llama «la puesta en común» y es un concepto muy importante para Pierre Faure, ya que implica la socialización de los conocimientos adquiridos.
La educación comunitaria es un enfoque educativo que se centra en el aprendizaje en y para la comunidad y por eso reconoce que la instrucción no puede estar limitada solamente al aula, sino que también ocurre en la comunidad y que la comunidad tiene un papel importante en el proceso de aprendizaje.
Los educadores que llevan a cabo la educación comunitaria a menudo buscan formas de involucrar a los estudiantes en proyectos y actividades que tengan un impacto positivo en su comunidad. Estos proyectos pueden incluir actividades de voluntariado, de investigación, iniciativas para mejorar el medio ambiente y otras iniciativas que tengan como objetivo mejorar a la comunidad y a sus integrantes.
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3.- La actividad: el aprendizaje debe ser activo y evitar la pasividad que ha caracterizado a la escuela tradicional donde el alumno solamente es un receptor de información.
La educación activa se centra en la participación constante del estudiante en su propio proceso de aprendizaje, por ejemplo en el desarrollo de proyectos, en la cooperación para determinados trabajos y/o en la resolución de problemas. Se basa en la idea de que aprender debe ser una experiencia dinámica y enriquecedora, en la que el estudiante tenga la oportunidad de explorar, descubrir, crear y también de criticar con fundamentos.
Con estas variables en mente, el educador puede facilitar un ambiente de aprendizaje donde los estudiantes dejan salir su curiosidad, fomentan la creatividad y logran alcanzar la autonomía.
4.- La autoevaluación: los estudiantes deben ser capaces de evaluar su propio aprendizaje y progreso.
La educación integral del Padre Pierre Faure sostiene que el alumno debe responsabilizarse de su propio proceso de aprendizaje. Esta idea es fundamental ya que así las niñas, niños y adolescentes cuentan con un enorme apoyo para ser autocríticos, retroalimentarse y poner en perspectiva tanto la información como los materiales de aprendizaje; con lo cual valoran honestamente su entendimiento de los temas en cuestión y muy probablemente, proponen nuevos caminos para obtener conocimiento.
A este proceso le llamamos “la toma de conciencia” que es muy necesaria para evaluar el propio desarrollo y progreso. También podemos decir que con este elemento básico de la pedagogía de Pierre Faure ¡los estudiantes aprenden a aprender!
5.- La libertad: los estudiantes deben ser libres de elegir su propio camino de aprendizaje.
La libertad permite al alumno tomar decisiones sobre su aprendizaje y desarrollar su autonomía. Al mismo tiempo, la libertad con responsabilidad implica que el alumno asume las consecuencias de sus decisiones y acciones y de esta manera, se convierte en un agente activo en su proceso de aprendizaje.
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El enfoque de Faure también pone énfasis en la importancia de lo que el alumno descubre.
Esto significa que el aprendizaje no se trata de memorizar información, sino de descubrir y construir conocimiento. Faure sostiene que el aprendizaje significativo se produce cuando el alumno se involucra activamente en la construcción de su propio aprendizaje.
De esta manera, el alumno no solo adquiere conocimientos, sino que también desarrolla habilidades como el pensamiento crítico, la creatividad y la resolución de problemas.
Así, la educación personalizada y comunitaria de Pierre Faure puede adoptar diferentes enfoques, como el aprendizaje basado en competencias, el aprendizaje adaptativo o el aprendizaje basado en intereses.
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Conclusiones:
En el Instituto Miguel de Cervantes estamos muy conscientes de que nuestro mundo se transforma cada vez con mayor rapidez. Sabemos que la digitalización y sus subproductos como la inteligencia artificial plantean retos muy interesantes para la humanidad pero especialmente para los niños y jóvenes.
Nos queda muy claro que la formación académica más que nunca, debe adaptarse a la personalidad única del alumno, porque está muy claro que no todos recibimos de igual manera el impacto de la tecnología y la modernidad.
Si nunca en la historia ha sido posible que todos los estudiantes aprendan de igual manera, al mismo ritmo y con los mismos resultados, actualmente la vida nos exige poner mayor atención en la individualidad del educando para que como escuela, le sirvamos mejor en su desarrollo integral. He aquí la importancia del concepto de educación personalizada de Pierre Faure.
Pero también tenemos que enfocarnos en que el aprendizaje adaptado al individuo, le funcione plenamente para ser útil en su comunidad. De poco servirá la persona llena de información que no puede compartir sus conocimientos, habilidades, talentos y valores a sus semejantes. Es aquí donde vemos la gran importancia de una educación personalizada y comunitaria.
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Paralelamente, nuestro proyecto educativo pone un énfasis especial en la actividad, en fomentar ese interés constante del estudiante por lo que aprende, ya que solo así el conocimiento permea y construye a la persona. Hoy necesitamos gente en nuestra sociedad que sea proactiva, con iniciativa pero sobre todo con fundamentos sólidos, con un interés verdadero así como con pasión por su trabajo y su entorno. Por ello es crucial formar a niños y jóvenes que no solo memoricen las cosas, sino que las hagan suyas dinámicamente en lo intelectual y lo emocional.
Nuestra escuela también tiene muy presente el concepto de la autoevaluación del Padre Pierre Faure, ya que con este valor los pasos que dan nuestros alumnos son más firmes y les permiten cimentar para alcanzar nuevos horizontes.
Nosotros pensamos que este concepto está plenamente ligado a la libertad con responsabilidad, ya que sin estas dos premisas, no es posible la autocrítica honesta que hace que las personas estén mejor ubicadas en la familia, la escuela y la sociedad.
Esta es la importancia del Proyecto Pedagógico del Padre Pierre Faure que ofrece el Instituto Miguel de Cervantes en Puebla, junto con la guía espiritual de la Congregación Siervos de Jesús.
Se trata de la alianza perfecta entre conocimiento y espiritualidad, que hace de nuestros egresados personas integrales, con una actitud más positiva hacia la vida, con una seguridad que les permite escoger sus carreras con mayor convicción y asumir compromisos de corazón, para servir a sus familias y comunidades con inteligencia y amor.